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OKR y Agile: El "match" perfecto.

4 min

re.set — Formación

Muchas empresas están adoptando un sistema de OKRs como modo de medir resultados, siguiendo el ejemplo de compañías líderes como Google, que los usa desde los años 90. Nosotros aplaudimos esta iniciativa, es un pequeño paso, pero sin un sistema que integre esos OKRs como parte de una transformación hacia nuevas metodologías de trabajo ese paso puede convertirse en un traspiés.

Los OKRs, el mapa que pone en la ruta correcta a las empresas.

Comencemos por definir qué es un OKR. Los OKR (Objectives and Key Results) son un sistema para la consecución de objetivos. Una herramienta fundamental para que las empresas definan hacia dónde quieren dirigirse, cuáles son sus metas y cómo van a medir los resultados. Es un modo perfecto de establecer el valor del trabajo del día a día y definir por qué y para qué se hace. Suena bien, ¿verdad? Sin embargo esto no se sostiene en todo tipo de organizaciones. Veamos por qué.

Cuando una empresa trabaja con Metodologías Agile, ésta define sus OKRs y los diferentes Squads deciden en cuáles de ellos van a impactar. Para que esto funcione realmente es necesario un sistema descentralizado formado por equipos empoderados y con alta capacidad de decisión.

Con una Metodología Agile se establece una cascada donde los OKRs de empresa están conectados con los de los equipos. El trabajo de cada uno de los Squads impacta directamente en uno, o varios, OKR de la empresa, por ello es fundamental contar con trabajadores con poder de decisión que ejecuten y midan constantemente el avance hacia la consecución de los objetivos.

Todos los Squads navegan en una misma dirección, cada uno rema a su manera, pero todos hacia el mismo lugar. Esto es así porque cada equipo escoge sus OKR y define las iniciativas para conseguirlos, pero todos ellos tienen como meta final impactar en los OKRs de empresa. Hay una hoja de ruta.

Iteración, la clave para retomar el camino correcto si te has desviado.

Una de las grandes ventajas del uso de OKR en Metodologías Agile es poder iterar en Sprints de una o dos semanas. Cada poco tiempo se definen las iniciativas y el resultado se mide constantemente. De este modo siempre hay margen para actuar a tiempo, proponer nuevas iniciativas o valorar si realmente ese OKR tiene sentido. Es un modo de tomarle el pulso al curso de la empresa de forma continua. En cada Sprint se valora el porcentaje de avance en el trabajo y la consecución de los objetivos, gracias a esto el día a día tiene un por qué y un cómo.

Además, con el cambio cultural hacia Metodologías Agile, la estrategia de la empresa se vislumbra de modo transparente a través de sus OKRs. Hay una meta concreta y clara a la que se ha de llegar, lo cual obliga a los equipos a proponer iniciativas constantes para alcanzar dicha meta y comprobar los resultados, salirse de su zona de confort y pensar de modo independiente. El trabajo ya no es eso que haces de 09:00 a 18:00 para “cumplir con tus horas”, sino algo concreto y definido que te dirige a un lugar determinado.

Para definir un OKR se han de tener en cuenta las dos facetas de las que se compone:

 ●    (Objetivo): es la parte cualitativa, la motivación o meta a la que se quiere llegar.

●     KR (Key Result): es la parte medible, algo que expresa el progreso que hay en la consecución de ese objetivo.

 Gracias a la iteración se va viendo el progreso de los OKR’s y se pueden ir subsanando posibles errores o probar nuevos caminos.

Agile & OKRs, la alianza de la estrategia y la metodología.

En re.set siempre vimos claro la ventaja de combinar un sistema de OKR, que aluden a la estrategia de la empresa, con una Metodología Agile, que alude al modo de ejecutar esa estrategia.

Los OKR sin una metodología detrás pueden acabar convirtiéndose en meros KPI, una buena herramienta de gestión, pero no de innovación o mejora continua, que es lo que aporta el Agile.

Nos hemos encontrado con organizaciones donde nos han transmitido que en su caso el uso de Agile no ha funcionado. En esos casos solo hemos tenido que rascar un poco para darnos cuenta de que no estaban aplicando una Metodología Agile con equipos multidisciplinares con capacidad de decisión, sino un mero uso de OKR como modo de medir resultados. Si realmente queremos ese “Perfect Match”, tenemos que integrar los OKRs dentro de una metodología y un proceso de transformación mucho más profundo. Hay que arriesgar para ganar.

Y ahora la gran pregunta ¿Tienes claro cuáles son tus objetivos, qué iniciativas te llevarían a conseguirlos y cómo medir el avance? Te ayudamos a lograrlo.

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